domingo, 3 de marzo de 2013

Olvidados, rebeldes


La isla de los olvidados (2010) ha tenido una reacción desigual. La crítica especializada se ha empeñado más en ver sus errores (escasos o inexistentes) que en destacar sus aciertos (muchos y de muy distinto tipo). Justo esa misma crítica que se empeña en señalar obras maestras fin de semana sí, fin de semana también (curiosamente de amigos cercanos o producciones nacionales), y que luego, claro, uno se acerca a verlas y resultan insufribles (de mala digestión e inabarcable aburrimiento). Descreo ya de cierta crítica snob y decadente, interesada y ombligista. Pero ya digo, La isla de los olvidados es otra cosa. Ambientada en la Noruega de principios del siglo XX, un joven asesino llega a un centro de "educación" completamente aislado en la isla de Bastoy (en el fiordo de Oslo) para enmendar sus errores y convertirse en un futuro "buen cristiano". Pero su llegada acelerará el proceso de descomposición de un centro plagado de abusos e injusticias. Con un excelente Stellan Skarsgård como director de la prisión juvenil y unos adolescentes a la altura en intensidad y enfado (aunque también hay que decirlo, algo arquetípicos), la cinta despliega un encanto que no para de crecer y en el que uno  identifica sensaciones y crisis sociales en ciernes muy similares a las actuales (salvando las distancias, claro).








Similitudes, decía, porque la presión y el abuso siempre acaban por explotar. Puede tardar más o menos, pero cuando lo hacen acaban convirtiéndose en una ola de destrucción o enfado proporcional a la presión anterior. Eso que algunos llaman equilibrio poético. La cinta muestra la enorme corruptela moral de los guardias y responsables, exactamente esos mismos que se atreven a dar lecciones, consejos o simples directrices educativas bajo la excusa de la disciplina. Amenazas, chantajes, abusos... y un sinfín de actitudes inhumanas que quieren hacer pasar por nobles, justas y orientadas al bien común (¿les suena?). Les aseguro que les encantará la película, se encenderán por dentro, morderán sus labios y pedirán sangre, mucha sangre. Justo eso mismo que solicitamos al género y que quizá sirve de catarsis ante un enfado social creciente. Disfruten a su modo de La isla de los olvidados, está basada en dolorosos hechos reales.










[La isla de los olvidados, sufrimiento y reacción]






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