jueves, 13 de diciembre de 2012

The Fall contra el mundo


Hacerse con discos de The Fall es la más extraña de las adicciones. Con el añadido de inmensas dosis de azar. Adicción, digo, porque The Fall es siempre lo mismo, exactamente lo mismo (la voz monocorde y fría de Mark E. Smith como liturgia decadente acompañada de ciertos sonidos, perfecta para el caos reciente en que vivimos). Azar porque The Fall ha editado decenas y decenas de discos que solo un especialista de los británicos podría saberse de memoria (bueno, The Fall son básicamente el sr. Smith, lo digo sin quitar mérito a su ex-mujer, que también fue parte integral de la banda en los ochenta). Me he hecho recientemente con una reedición de Grotesque (1980), un álbum gélido, ruidista, joven e increíblemente apasionado. La primera inmersión me ha dejado desorientado, confuso, como una escucha repetitiva de The Jesus and Mary Chain. Era de esperar del hombre que dijo que The Smiths abandonaron cuando empezaban a hacerlo bien.






Recuerdo una ocasión, hace ya unos años, en que decidí acercarme a un popular festival en la ciudad de Barcelona. Y la última intención de esa aproximación fue sin duda ver en vivo a este hombre. Lo recuerdo así. Llegamos tarde. Era uno de los grupos que abría el primer día. Carpa grande. Escenario principal. Había bastante público (unas cuatro o cinco mil personas), aunque la gente se dedicaba más a hablar entre sí que a escuchar. Y allí pude ver a un hombre vestido de riguroso negro, más como un Raphael cañí o un concentrado jugador de dominó que la estrella del underground que esperaba ver. Solo pude escuchar cinco o seis canciones. Él se movía lentamente por el escenario. Se acercaba a los músicos y les daba algunas indicaciones. Smith era viejo y mantenía esa voz que lo había subido a los escenarios durante varias décadas. Transmitía el enfado y la desidia propias del Rey de Manchester. Todo correcto. The Fall, la caída, el otoño.








[Dead Beat Descent, The Fall apoderándose del futuro]













1 comentario:

  1. Mark E. Smith sigue haciendo amigos; la verdad es que tiene cierta gracia la cita.
    El cantante comenta que en un festival en el que coincidió con su banda The Fall, y los Mumford & Sons, y que mientras éstos estaban cantando en el backstage, le parecieron una banda de folk irlandés mongólica y estúpida. A lo que el promotor del evento respondió que eran de los primeros en las listas británicas lo cual Mark encontró increible. jajajajjajajajaja buenísima anécdota, ahora que el puto folk pueblerino este en plan nacionalista que triunfa tanto en círculos independientes nos come, y hasta hay gente que lo llama "punk" a esa mierda tradicionalista. No nos queda nada de tragar mierda. saludos.

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