domingo, 13 de febrero de 2011

Pensando mientras golpean

Parece que el tema de la mayoría de los blogs en estos últimos días ha sido la carta de Santiago Sierra. Me refiero a la carta de rechazo del montante en euros. Porque si sólo hubiera rechazado el galardón en sí y su filosofía no hubiera tenido apenas repercusión. Lo que en este país no entendemos es que alguien no acepte dinero. Roza lo inaceptable y nos pone al descubierto a todos. Supongo que es fácil ser héroe o demonio, depende de la mirada en cuestión (los dos polos son defendibles en este asunto). Sartre rechazó el Nobel y los estudiantes no estuvieron de su lado en el 68 parisino. Pero bueno, no es de lo que me apetece hablar. Pasen por mis adorados Onirocríticos que tendrán una visión más amplia del tema.

Quiero hablar de boxeo. Sí, eso es. Un deporte que parece de salvajes y que para mí no lo es en absoluto (cuando pienso en este tema siempre me viene a la cabeza al poeta-boxeador Arthur Cravan). Saco el tema porque acaba de estrenarse The Fighter, una película con altibajos en ese siempre resbaladizo y semimarginal mundo que rodea a lo pugilístico. Aunque a veces rocé lo absurdo, me he vuelto a ver metido en una pelea (la pantalla grande lo consigue fácilmente). Y debo decir algo. Me gustó. Y mucho.


Pocos a mí alrededor comprenden mi pasión por el boxeo. En un momento de la cinta el protagonista asegura que el noble arte es "como el ajederez". ¿Y saben algo? No me parece nada exagerada la afirmación. Es muy difícil llevar una estrategia mental mientras los puños de otro caen sobre tu cara o tus riñones. Se necesita autocontrol y confianza. Muchísima. Es un deporte mental y físico, muy exigente además, y que The Fighter nos ha venido a recordar. El problema viene con los años y los múltiples golpes en la cabeza. Los peligros de jugar duro. En el fondo, el fútbol o el baloncesto me parecen cosa de críos al lado de esta intensidad. Me alegra ver cine sobre el tema. En los últimos intentos ha habido de todo. La reciente Cinderella Man era un tanto multicolor Hollywood. Me quedó con esta última, pese a sus errores, tiene algo de humanidad, y eso es justo lo que más falta nos hace a todos últimamente (sí, el boxeo tiene mucha humanidad a su alrededor).





[Luna, uno de los nombres insignes de los 80 más bailables (el grupo era de Ponferrada). Ecos de OMD o Visage en un tema que se repite una y otra vez en mi cabeza]



2 comentarios:

  1. a mi tambien me mola el boxeo, a ver si coincidimos en alguna velada organizada por el gimnasio club de oro, que ultimamente solo nos vemos en el Albeitar!!!!!jajajajajaja

    gran post.

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  2. Estoy con vosotros. A mi el boxeo siempre me ha parecido una metáfora de la vida, dar golpes y recibirlos. Caldo de cultivo para muchas de las mejores historias sobre "perdedores" (¿habéis visto FAT CITY?.. una obra maestra)por no mencionar los argots que éste prestó al populacho: "tirar la toalla", "besar la lona"... je,je,je
    Saludos

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