Me apetece hablar de Cashback. Me apetece hablar de cine que habla sobre belleza y cuerpos desnudos dibujados a carboncillo. Me apetece detener el tiempo. O volver atrás y poder ver esta película por primera vez. Debería estar hablando hoy de Abbas Kiarostami y su Copia Certificada (que pude ver ayer mismo en los incómodos asientos de El Albeitar), pero no me apetece tanto. Me gusta pensar en esta cálida cinta nocturna, Cashback de Sean Ellis, como una de esas que nos transforman repentinamente. Que dejan una huella indeleble pese a su ingenuidad o la de sus personajes adolescentes de cara aniñada con problemas existenciales que ya quisieran para sí en otras partes del globo. El pequeñoburgues tiene sus propios problemas (y los sufre con más o menos decoro).
Cashback habla de la percepción del tiempo, de las posibles fórmulas para escapar a su dictadura. Un modo único de entender la vida y las relaciones a través del insomnio, las relaciones de pareja truncadas y esa nueva posibilidad que siempre está ahí delante, esperándonos, y que no solemos ver. Tal vez Cashback no sea tanto como digo. Puede. O quizás sí, y sea esa película que le cambie el día e instale en su cara una sonrisa más o menos duradera. Pruebe la medicina a eso de medianoche y me cuenta. Muy recomendable en casos de desencanto sentimental, noches en vela más o menos continuadas y urgencia por entender algunas cuestiones extrañas de la vida.
[Trailer de Cashback o fórmulas cinematográficas-vitales para detener el tiempo y saber manejarlo con cierta pericia]
DIEGO VASALLO, TRAYECTORIA DE UNA OLA por PABLO CEREZAL
Hace 2 semanas