miércoles, 2 de septiembre de 2009

De monstruos y tal


Lo de Michael Jackson no tiene nombre, y que conste que no tengo nada personal contra él. Lo de monstruo del pop sí (véase la imagen de al lado), pero a este hombre lo han martirizado en vida y lo están haciendo en muerte. Nadie reivindicaba ya su figura sin un poco de sonrojo y hoy da la impresión que ha sido fundamental en todo. No lo era apenas hace unos meses ("Thriller" su "gran obra" no llegab a los 5 euros cuatro meses atrás y no vendía ni una copia, saldo total, y ya pasó el otro día a 16 euros...ummm), pero la mercadotecnia vende, eso no es nuevo (Kurt Cobain vale como ejemplo contemporáneo, que por cierto le desbancó en los 90 del nº1). No es por tener una actitud Jarvis Cocker (le golpeó en una gala pese a sus guardaespaldas), que comprendo, por cierto, pero duele ver tanta hipocresía alrededor de este hombre (o muñeco de plástico que no aceptaba su propia piel y todo hace pensar que devoraba a otros niños como él - sea o no verdad, dice mucho del cantante-). Puedo entender muchas cosas, pero que sus supuestos amigos (Madonna y demás)vuelvan a hablar de él como un gran hombre cuando ya estaba olvidado y defenestrado es doloroso y cruel. Jackson y su muerte habla de los tiempos, en duda de absolutamente todo, desorientados...y muy poco justos. ¿Por qué nadie habló o lo hizo tan poco de una figura como James Brown cuando falleció? Ambos negros, no es cuestión de color. Brown definitivo para la historia de la música, Jackson un pobre chico del que todos se aprovecharon, incluso con el cadaver caliente (su propio padre aprovechó para presentar un sello discográfico en sus primeras declaraciones a los medios).

Pobre chico. Cuídate ahí arriba y que no se aprovechen también de ti. Algo de Brown (musicalmente mucho más grande) para elevar el espíritu ante un mundo que nos desgasta, pervierte y miente a cada instante.

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